Los golpes de calor son más frecuentes los primeros días, cuando empiezan a subir las temperaturas de forma extrema. Esto supone sufrir importantes pérdidas de agua y dificultades para regular tu temperatura corporal.
Durante una ola de calor te recomendamos beber mucha agua para evitar dolores de cabeza o calambres asociados a la deshidratación y los golpes de calor. Aunque lo más normal es que te apetezca beber agua bien fría o casi congelada, en esto casos puede producir el efecto contrario y que aumente la sensación de calor más rápidamente. No te aconsejamos beber bebidas azucaradas o alcohólicas ya que contribuyen a eliminar agua de forma más rápida, te vendría mejor beber agua o bebidas isotónicas.
Los expertos recomiendan beber más agua que de costumbre en intervalos de 15 o 20 minutos. El consumo de agua en estos casos puede situarse en torno a los 2-2,5 litros, aunque dependiendo de las condiciones y de la actividad física puede ser mayor.
El exceso de calor afecta de forma especial a los niños y bebés. Mientras juegan ofréceles agua con regularidad y así te asegurarás de que estarán siempre bien hidratados.
En cuanto a la alimentación, las comidas deben ser ligeras y frescas para que te ayuden a la digestión. Una idea es incluir las frutas y verduras de temporada en tu dieta diaria como sandías, melocotones, calabacín, gazpachos…etc. Incluso puedes hacer zumos de fruta natural y llevártelos en tu Nalgene a todas partes.
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